Vaginoplastifícate

Por el amor de Dios, como se me pudo olvidar en la anterior entrada contaros una cosa.
Con lo divertido que fue.
Últimamente me rallo pensando en si publicar acontecimientos de mi vida en un blog es arriesgado... peeero yo soy así de generoso y de valiente.
Total, para que queden en mi memoria cogiendo polvo os lo cuento y nos echamos todos unas risas.

La historia habla de otro pezqueñín que conocí una noche de fiesta... era guapo y masculino. O eso me hizo creer las primeras 24 horas. Maldito.
La primera noche nos besamos apasionadamente para luego irnos cada uno a nuestra casa, cosa que a día de hoy no haría, lo veo muy de 15 años, o Juanín o Juanon, tonterías no eh, tonterías NO.
Yo, emocionado por ese flechazo nocturno y por haber conseguido su Blackberry Pin, me dispuse a afrontar el domingo con serenidad, cosa que para mi futura desgracia no ocurrió.

Quedamos en Sol, ya para empezar quedar en Sol no me gusta, hay ahí un crisol... que vamos, te haces la Wikipedia de la chusma... pero en una tarde, tremendo.
Bueno, que para no variar, andamos y andamos... llegamos hasta Serrano, barrio de pijos repelentes que mataría, por excelencia, se le veía especialmente interesado por la moda, pero pensé bueno no te preocupes, la pluma no le asoma.

Casualmente ese fin de semana, yo tenia libre una casa en el centro, no os penséis que soy como la Duquesa de Alba eh, colmada de propiedades por toda España, simplemente fue casualidad.
Así que, como estaba hasta el mismísimo orto de escaparates y de andar, le dije al chaval, súbete, picamos algo, nos sentamos, tal.
Sin pretensión ninguna. De hecho se lo hice saber, en plan: No flipes que no te estoy proponiendo nada. Que uno es muy digno.

Pero oye, entre pitos y flautas (mas pitos que flautas) allí la noche que pasamos, y claro... el acercamiento era inevitable. Me ahorraré detalles innecesarios y que a día de hoy los recuerdo solo si quiero evacuar el estomago.
Debí olerme el percal cuando sonó Blow de Kesha y se transformó en una travesti paraguasha.
Le faltaba la purpurina y un mal playback. Bueno esto ultimo ya lo tenía.

Pasa la noche, nos despertamos cual recién casados, nos vamos y nos despedimos.
De esto que digo, oye pues voy a agregarle ar Tuentii premoh, yo todo feliz, pensando que había iniciado una relación... todo se desmoronó cuando aceptó la solicitud de amistad y comprobé como ver sus fotos era dar un paseo por el pasillo de los horrores.

Tacones, pintalabios, rimmel, ropa de mujer, cardados imposibles. Había tenido sexo con una fémina.
ERA TODO UNA COCHINA MENTIRA.
Los amaneramientos mientras cantaba Kesha eran solo un preludio de la cantidad de estrógenos que corrían por sus venas.
Entre la desolación y el desconcierto que tales imágenes me provocaron, agarré la Blackberry y me desahogué con un buen amigo que estaba presente la noche que conocí a la travesti al chaval.
La rabia recorría mi cuerpo, mis palabras fueron duras, concisas e hirientes.
Le llame mujer, estafador, locaza de manual, plumoso, vulgar y demás improperios dignos de cualquier debate de Telecinco. Porque si, aparte de todo, la ropa era horrible y quien le maquillara merecía la muerte, muy amateur todo.
Lo divertido no fue eso, corazones, lo divertido fue cuando, después de haberme liberado de tanta ira, me doy cuenta que la conversación en la que había plasmado todo aquello, no era la de mi amigo, sino que era la del protagonista de esta historia.
Si, si, me equivoqué. Lo pasé realmente mal, aunque ahora lo recuerdo y me descojono vivo, porque claro, lo intenté arreglar, aunque eso ya estaba mas perdido que Paquirrin en el Thyssen.

Así que dije: Jeje era broma.

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. ME MEO TÓ.

Hizo como que se lo creyó y se puso mazo de seco y yo, ni corto ni perezoso le dije: Uy ¿No te habrá molestado?

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA. Ay Dios, que gracia, parecía que le estaba tomando el pelo.

No le volví a ver, ni ganas eh.
Ay... con lo que profeso e idolatro todo lo que empieza por "Tra", transexuales, travestis, trabucos...
Pero así las cosas no se hacen, hombre ya.

¿VES? ASÍ, SI.