Corramos un tupidisimo velo.
Y como yo no soy nada rencoroso, os daré lo que queréis, a mucha gente el gustó la idea de customizar fabulas clásicas al lenguaje actual y a la era moderna, así que cumpliendo con los deseos de mi público, os vengo a contar otra bonita historia.
¿Os imagináis la historia de 'La Bella y la Bestia' pero con un suegro de por medio?
Pues mas o menos esto es lo que hubiera pasado, un desastre todo.
Esto era un león, ahí super fiero él, con sus garras, sus dientes, en fin, lo que tienen los leones, nada fuera de lo normal.
Eso si, nuestro querido Mufasa era un sentimental, y estaba enamoraico de la hija de un campesino. Tampoco es que el león aspirara a mucho, porque vamos, uniéndose a esa familia iba a estar comiendo cáscaras de patata hasta el fin de los días; pero en fin, lo dicho, enamorado perdido.
Total, que la hija debía sufrir algún trastorno sexual relacionado con la zoofilia, porque tilín le hacia;
a saber lo que podría haber salido de la noche de bodas... ni imaginarmelo quiero.
Así que el león, muy educado y respetuoso, le pidió al campesino la mano de su hija; el suegro no quería ni de coña al león como yerno, cosa que veo bastante lógica, por otro lado.
Pero claro, no quería ni decirle que si, ni decirle que no, por si acaso se le lanzaba a la yugular, vamos que estaba between the sword and the wall.
Una situación incómoda, que decidió resolver con un maquiavélico plan.
El padre de la niña zoofílica le contó una película al león, que vamos, ni jolibus.
Que si le creía muy digno para ser el esposo de la hija, que si que alegría de enlace nupcial, que si nos iremos a comer tortilla en taper los domingos a La Pedriza... bueno bueno, no le echó cuento ni nada aquí el amigo.
Eso si, le puso dos condiciones, que se arrancara los dientes y se cortara las uñas, usando como pretexto que a la niña le amedrentraban, aunque en realidad le ponían cachonda como una perra, pero oye, el león que estaba mas alelao que el del Mago de Oz, obedeció sin rechistar las duras condiciones para poder casarse con su amada petarda.
¿Que pasó? Pues lo que era de esperar, una vez la fiera dejó de ser tan fiera, el campesino le corrió a gorrazos y lo mandó bien lejos.
Moraleja:
No te expongas al desprecio buscando lo que no te corresponde.
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